Hola, soy Pablo Fid, y hace poco participé en uno de los proyectos de intercambio de Erasmus + en el que viajamos a Marruecos, para hacer actividades medioambientales. Me lo pasé muy bien, me gusto mucho, y por eso escribo esto, para recordar mi experiencia y que te anime a disfrutar en un futuro, la tuya.
Primero, empezaré hablando resumidamente de nuestra estancia en Toledo. Esta parte del intercambio, fue algo más teórica ya que fue en la cual tomamos datos sobre encuestas medioambientales para más tarde analizarlas en Marruecos. También, hicimos diferentes explicaciones mediante actividades de cómo contribuir cada uno por un planeta mejor, y también conocimos las costumbres tanto de Estonia como de Rumanía. Me lo pasé muy bien.Tras nuestra residencia durante unos días en Toledo, el 14 de abril, emprendimos el viaje al aeropuerto de Agadir, en Marruecos, y cuando llegamos, cogimos una furgoneta que nos llevó a nuestra estancia en Guelmim. Ese día llegamos agotados, y también tarde, pero eso no quiere decir que no nos lo pasaremos bien, porque con los compañeros íbamos hablando y haciendo juegos, y era muy divertido.
El primero de nuestros cuatro días allí, fue algo más para adaptarnos porque el clima, el lugar, y la forma de vida allí era algo diferente (con esto no digo que no me gustase, sino lo contrario, estaba bastante bien, curiosa y diferente) pero con diferentes actividades nos "alimentamos" bien. Ese día también nos enseñaron los diferentes terrenos con todas las plantas y luego nos explicaron cómo hacían el aceite de argán, uno que es muy bueno para la piel y también para el pelo. Durante la tarde fue cuando pusimos en práctica todos nuestros conocimientos que nos enseñaron por la mañana, y empezamos a plantar. Al siguiente día comenzamos plantando pequeñas plantas que luego se convertirían en los árboles fuertes que necesitaban para su proyecto de repoblación del desierto. Como estuvimos trabajando bastante esa mañana, para hacer una actividad más relajada, dimos un paseo por el desierto donde los miembros de la fundación AICHA nos enseñaron todas las diferentes pruebas con las plantas que intentaban plantar en el desierto. Claramente para esto se necesita: agua, tiempo y energía, y es quetambién nos contaron los diferentes métodos que utilizaban para obtener eso. En conclusión, es tarde fue algo más teórica que práctica. El tercer día de nuestra experiencia en Marruecos, fue algo movidito ya que fuimos, ni más ni menos, que al mercado de camellos más importante de todo Marruecos. Este estaba en la ciudad de Guelmim, y allí pasamos la mañana, viendo diferentes prendas y comidas muy propias de allí (claro, no nos fuimos sin ver los camellos). Por la tarde, dimos un paseo por el pueblo e hicimos diferentes actividades en equipo que fueron muy divertidas. En cambio el último día de nuestro viaje, fue el más relajado porque solo fuimos a la playa y ya por la tarde preparamos todo para el viaje de vuelta. Por último me gustaría decir que me gustó mucho pertenecer a un viaje como este porque no solo viví la experiencia, sino que también hice muchos amigos de España, Marruecos, Estonia y Rumanía. Recomiendo mucho este tipo de viajes sostenibles, y espero que si estás leyendo esto es porque te lo estás pensando, y sinceramente te digo que no le des más vueltas y que lo hagas
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